miércoles, 16 de junio de 2010

¿Pornografía eclesiástica?

Al observar los frescos de la Capilla Sixtina muchos se maravillan. Pero, ¿se han preguntado qué hubiese pasado si la censura hubiese logrado poner sus garras en esas pinturas u otras obras similares? Pues en muchos casos lo logró. Hubo quema de libros y pinturas en nombre de Dios.

En tiempos contemporáneos seguimos sufriendo lo mismo. Al parecer no hemos superado el moralismo de los siglos XII al XIV. El desnudo todavía se ve como exposición deshonesta o pornografía, el sexo como un acto vil y la admiración de la belleza del cuerpo humano, producto de la lujuria. El libre pensamiento también, al igual que la filosofía, siguen estando en la lista de censuras. El humanismo se ve como ateísmo y hasta comunismo.

El humanismo, para aquellos que no lo saben, en ningún momento propuso la inexistencia de Dios. Propuso que el humano, capaz de lograr grandes cosas, a pesar de Dios, merecía ser tomado en cuenta. En el renacimiento, la iglesia católica, se contagió con las ideas humanistas y gracias a esta y su clero (no todos, ¡eh!), se logró conservar para las generaciones futuras, gran conocimiento que todavía está vigente.

La belleza del ser humano debe disfrutarse en un estado mental y físico de pureza e inocencia. Para aquellos que son creyentes, maravillense de la creación de su Dios; para los que no son creyentes, aprendan a disfrutar la naturaleza en pleno. Esto es lo que personajes de la iglesia católica como Julio II pretendían hacer, aunque sus métodos no fueran tan nobles. Seamos humanos y humanistas.

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