jueves, 17 de junio de 2010

Big Brother is watching

¿Por qué hay una persecución institucional contra las artes y la cultura? ¿es acaso por la dimención crítica o por la visión liberal de nosotros los creativos? ¿Es, tal vez, temor al poder de la palabra o de la imagen gráfica? La disidencia, ¿es entonces prohibida en nuestra sociedad? Esto me recuerda a la película de 1956, basada en la novela de George Orwell , "1984" (el que no la ha visto, búsquela; es una exelente muestra del "film noir").

En esta película el gobierno totalitario reprime el libre pensamiento y la expresión de los sentimientos humanos, considerandolos disidentes del pensamiento de "Big Brother" y su sistema político-social. Todo aquel que no se sometiera al sistema se le considera terrorista y se le somete a un re-acondicionamiento. Por medio del control mental se suprime la libertad de expresión y de albedrío. Esto lo estamos experimentando en el mundo real, en la actualidad en Puerto Rico. Tristemente muchos compatriotas son agentes de este tipo de mentalidad retrógrada. Desde nuestro gobierno, la sociedad civil, partidos políticos y algunos elementos de nuestras instituciones religiosas.

Las obras de arte no son de ninguna manera pornográficas, demoniacas ni tienen propuestas terroristas. Esas son interpretaciones torcidas de unos pocos que se proyectan como los "protectores de la sociedad". La libertad de expresión va acompañada de la libertad de elección. Si usted no le gusta o no desea ver u oir algo, tiene la libertad de elegir no hacerlo pero, igual derecho tiene aquel que desea plantear algo ante la sociedad, ya sea disidente o condescendiente con lo establecido.

La protección de las instituciones dedicadas a la promoción, enseñanza y conservación de las artes nos toca a todos. El intento de destruir la autonomía universitaria y las asambleas estudiantiles, la desaparición sistemática del Instituto de Cultura Puertorriqueña y el ataque a la Escuela de Artes Plásticas, por medio de la reducción del presupuesto en un 85%, son muestras de la intención del gobierno totalitario de extrema derecha que nos estan imponiendo por "la cocina".

Defendamos nuestro patrimonio cultural y el derecho a la libertad de expresión. Luchemos por nuestra universidad pública, por nuestros museos y nuestra Escuela de Bellas Artes, abierta y accesible. Esto nada tiene que ver con socialismo, comunismo, independentismo o ninguno de los "ismos" que quieran mencionar, es justicia para todos. Recuerden las palabras del pastor evangélico alemán Martin Niemöller:

"Primero vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío.
Después vinieron por los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista.
Después vinieron por los católicos, y yo no hablé porque era protestante.
Después vinieron por mí, y para entonces ya no quedaba nadie que hablara por mí."

No esperemos a que no quede nadie para luchar por nosotros, actuemos ahora que la constitución nos protege la libertad de expresarnos.

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